Nadie puede escribir un texto perfecto de inmediato, porque además de aprender a leer, también hay que aprender a escribir. Al igual que con cualquier otra actividad, lo mismo se aplica a la escritura: la práctica hace al maestro.

Estos son nuestros cinco consejos principales para escribir mejor y con más fluidez.
- Aprende a escribir con ejercicios regulares
La mejor manera de aprender a escribir mejor es desarrollar una rutina de práctica de escritura diaria. Esto te ayudará a desarrollar y evolucionar tus habilidades de escritura, además de mejorar tu creatividad e imaginación. Te damos algunos ejemplos a continuación:
- Pruebe lo que se conoce como «escritura automática». Escribe textos sobre lo que estás viendo o pensando en el momento. De esta forma, no te encontrarás frente a una hoja en blanco y con la mente vacía, y podrás estimular la creatividad y mejorar la escritura gracias a momentos y situaciones cotidianas.
- Escribe un ensayo corto de unas 500 palabras sobre un tema que te afecte emocionalmente. Esta emoción puede ser tristeza, enfado o incluso pasión. Los sentimientos son extremadamente valiosos al escribir y pueden sacar a la luz nuevos temas o ideas.
- Busca información sobre «indicaciones de escritura» en páginas web o libros especializados para ello.
- Guarda todos tus textos, ya que esto te ayudará a realizar un seguimiento de su progreso y a escribir mejores textos en el futuro.
- Lee más libros
Se ha demostrado que leer libros ayuda a ampliar nuestro vocabulario y con la mejora de las habilidades lingüísticas. A menudo, puedes tropezar con palabras extrañas y desconocidas que no sabías al principio.
- Por ejemplo, piense por qué cierta oración le atrae particularmente. Puede tener una estructura de oración inusual o una elección extraña de palabras. Estas son oportunidades perfectas para examinar y estudiar el texto.
- Leer libros también aumenta su sentimiento de empatía. Quizás ya te hayas sorprendido animando al protagonista de un thriller o resolviendo un thriller policial.
- La empatía te ayuda a agregar profundidad a tus propios personajes. Puedes identificarte mejor con su situación y dejar que reaccione en consecuencia.
- Atrévete a estudiar géneros de libros que normalmente no leerías. Puede que te sorprenda e incluso que te apasione algún libro, y que te ayude a desarrollar ideas para tus propias historias.
- Toma nota de las palabras u oraciones que te emocionaron o te hicieron sonreír en particular. Puede que estas notas te sirvan de inspiración más adelante.

- Usa sinónimos
- Las palabras repetidas hacen que un texto parezca aburrido y monótono. En su lugar, use sinónimos para ayudar a transmitir su historia.
- Las palabras cotidianas, en particular, pueden devaluar su texto. Un ejemplo de esto es la palabra «decir». Aunque esto describe la actividad del hablante, el estado de ánimo o la emoción quedan en el camino. En su lugar, reemplaza «decir» con «afirmar», «enseñar», «susurrar» o «balbucear». Por supuesto, existen muchas otras variantes. El que elijas, depende del estado de ánimo que quieras crear.
- Otro término es «ir». Si reemplaza esto con «caminar», «acechar» o «zancadas», el lector puede imaginar mejor a la persona caminando.
- Recomendamos un diccionario de sinónimos en línea . Esto busca palabras sinónimas para un término de búsqueda.
4. «Pintar cuadros con palabras«
Solo en algunas ocasiones, los libros tienen ilustraciones que dan vida a lo que está escrito. Sin embargo, esto no siempre ocurre y son las palabras las encargadas de hacer que nos imaginemos unos personajes u otros, unos sentimientos, una situación, etc.
- Por lo tanto, diseña sus textos de tal manera que el lector pueda imaginar el entorno, las personas y las circunstancias. Por ejemplo, describe una comida y recuerda todos los detalles. Piense en cómo la lechuga se rompe entre los dientes cuando masticas y cómo la cara se arruga primero con un aderezo agrio con limón y vinagre y luego se calma con miel suave. Esta idea puede parecer extraña al principio, pero es indispensable para una historia exitosa y creíble.
- Si escribes textos que no son de ficción, la claridad es menos importante. El objetivo no es estimular la imaginación del lector, sino proporcionar información completa sobre un tema.
- Da vida a tus historias con las palabras adecuadas.

5. Intercambia tus textos con otros autores
Cuatro ojos ven más que dos. Intenta conseguir segundas y terceras opiniones sobre tu escritura. Puedes incluso ponerte en contacto con otros autores, ofrecerte a ayudar y a evaluar sus textos, etc. De no ser posible, puedes hacer que familiares, amigos, profesores y personas cercanas a ti lean tus creaciones y te den su punto de vista, sus opiniones, etc.